(El poema que te fui a leer y que esta mañana quería esconderse)
Hoy, como aquel día, cumplimos diez años tu sombra y yo.
Lo que un día fuiste confunde, ella, familiar e irreconocible. Vuestras voces se confunden y me confunden.
¿Te invento?
No querría crearte, recrearte. Pero te creo: si no te creo te pierdo.
Este poema es ahora, entonces, a ella.
Por diez años bailando con tu sombra.
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